Uno de los mayores males que azotan a Colombia es el clasismo. Somos un país clasista, y al mismo tiempo racista. Somos un país donde un mestizo más europeizado desprecia a un mestizo mas indigeneizado. Un país confundido que se preocupa más por la forma que por el fondo.
En mis casi 30 años de vida he escuchado comentarios que de solo recordarlos me generan repugnancia. Comentarios sobre la selección Colombia “Que pensaran de nosotros que todos somos negros”, comentarios sobre Shakira “esta es una indiecita venida a más”. Comentarios en las elecciones presidenciales de 1998 “yo voto por Pastrana porque él y su esposa tienen muy buena presencia, y que pena que Serpa nos represente en la ONU”. Comentarios sobre valerosos defensores de derechos humanos que ante la incapacidad de la justicia Colombiana tienen que recurrir al exterior “Esos HPs van afuera a hablar mal del país”.
Esos mismo comentarios no son ajenos a las actuales elecciones presidenciales, “Yo votar por Mockus nunca, que pensaran en el exterior cuando sepan que se caso encima de un elefante”, “¿Han visto y oído a la esposa de Mockus? Una pura india y habla como gemina, que pena cuando nos represente en el exterior”. Pena nos debería dar los falsos positivos, los asesinatos de sindicalistas, las amenazas a periodistas, la exacerbada impunidad, entre otros aspectos de fondo. No una cara mestiza, una forma de vestir o una forma de hablar. Los que no quieran votar por Mockus están en todo su derecho, pero por favor háganlo por argumentos de peso.
En caso que la dupla Mockus/Fajardo llegue a la presidencia de Colombia, unos de sus principales objetivos es el de luchar en contra de este clasismo a través de la educación. Empezando por enseñar un principio básico: indio, negro, mestizo y blanco, todos somos iguales, ninguno es más, ninguno es menos. A la larga la muerte no excluye color, ni clase social. Todos estamos haciendo fila para allá, lo que no sabemos es que tan cerca estamos de la taquilla.
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¿Qué te voy a decir? Los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, querido Caligo. Es el problema que sufren todos los países en vías de desarrollo (es lento el tren); tienen grandes masas de ciudadanos poco educados que eligen a sus gobernantes por razones que nada tienen que ver con la política. Políticos de todos los colores y de todos los partidos, hipócritas que prometen "pan y circo" y que conquistan a los pobres ignorantes con mentiras bañadas en chocolate, en lugar de confesar que, como cualquier político, sus intenciones no son cambiar el país para lograr la prosperidad y por ese medio la igualdad, sino sentirse invencibles e intocables, enriquecerse a costas de un pueblo ignorante y muerto de hambre y que su nombre quede plasmado en las páginas de los diarios y en los libros de historia.
ReplyDeleteEs así...
Tenemos un país con altísimos indices de arrivismo y racismo. Otra frase muy común en Colomiba (y más que común muy triste): "yo no soy racista pero no me gustaría para nada que mi hija se case con un negro". Patético y penoso.
ReplyDeleteToda la razón con tu comentario Caligo, no entiendo por qué nos encanta tomar una actitud de arribismo ante los demás, no solo entre nosotros mismo si no con países vecinos... siempre me pregunto por qué el Colombiano se siente mejor que el Peruano, que el Ecuatoriano, que el Venezolano y no lo logro entender que es lo que nos convierte en "duques de york" al lado de los demás.
ReplyDeleteAlguien me explica?
Estos males no solo son oriundos de Colombia sino de Latinoamerica en general. Las mismas voces y dichos resonaban en las paredes de Bolivia cuando gano Evo y vestia su atuendo indigena, y en Honduras cuando Zelaya andaba con su sombrero baqueano a la cabeza.
ReplyDeleteEl clasismo no hace mas que perpetuar la ignorancia del ser humano y aquel sentimiento de exclusividad y superioridad. Por mucho tiempo se pondera el porque el latino se cree exclusivo y siente que todo aquello que lo representa tiene que ser unico ante la miradas del quediran. Mas no se dan cuenta que un dia en Latinoamerica no existieron fronteras.