Thursday, April 21, 2011

Sobre dos maneras de ver la vida

Así como se dice popularmente entre la rubia y la morena, en 2010 tuve la oportunidad de conocer a dos mujeres que tienen dos formas opuestas de ver y entender la vida. Para la rubia su principal sueño es tener hijos y esposo, más un trabajo que le de independencia económica. La morena busca ser la mejor en lo que hace. Sueña con el número uno del podio antes de querer tener una familia. La rubia parte de la premisa que siempre va a haber gente que está mejor y gente que está peor, por lo tanto uno debe ser feliz con lo que se tiene y con lo que se es. En contraste, a la morena le gusta la competencia y para ella nunca nada es suficiente, porque siempre hay espacio para ser mejor.

De la primera admiro su simpleza, y su forma de ver la vida no como una competencia, sino como un salón donde se busca estar cómodo y feliz en el presente. De la segunda admiro su disciplina y capacidad de llevar todo su potencial al extremo, y de llegar tan lejos como le alcance la gasolina.

Pero como no hay virtud sin vicio, ni buena fiesta sin guayabo, lo que admiro también me genera dudas. El vicio de la rubia es la inmovilidad y el conformismo. Al estar feliz con lo que se es o lo que se tiene no deja espacio para ser mejor. El vicio de la morena es la inconformidad. Ese afán de compararse e intentar ser la mejor no la dejan disfrutar el presente. Vive en un futuro incierto, y por más que logre sus metas una vez más puede aparecer el inconformismo y la frustración.

Usando un método alemán que empieza por dos premisas extremas y en la medida del debate encuentran la solución en el centro, esta es mi visión de cómo afrontar la vida:

i) Hay que ser feliz con lo que nos ofrece el presente, hay que enfocarse en los aspectos positivos y estar agradecido por ellos. Pero también hay que reconocer aspectos negativos y hay que luchar para mejorarlos.

ii) La familia es lo más importante en la vida. A la pregunta ¿Cuál es el día más feliz de su vida? Las personas que han tenido la oportunidad de ser padres siempre contestan “el día en que nacieron mis hijos”. La familia debe ir por encima de cualquier éxito profesional.

iii) Uno se debe comparar consigo mismo pero no con los otros. Compararse con otros es desgastarse. Uno no tiene una misma escala de intereses, ni uno viene de las mismas circunstancias. Además, en la complejidad de la vida no existe una misma vara de comparación (alguien puede ser más exitoso en lo profesional, pero llega a la casa a sentir soledad). Lo ideal es comparar el yo de hoy, con el de hace un año, y ver si se ha mejorado en distintas dimensiones (social, profesional, económica, etc)

iv) Hay que tener objetivos a futuro buscando siempre ser mejores. No por competir con otros o por buscar reconocimiento. El hecho de evolucionar y ser mejor cada día, nos genera una sensación de felicidad.

Ahora que di mi respuesta tibia, si me ponen a elegir entre el agua hirviendo o la helada, me inclino por la forma de pensar de la rubia. Por que en esta vida corta y cambiante, todos estamos haciendo fila para morirnos pero no sabemos qué tan cerca estamos de la taquilla. En esta vida de la que nos podemos despedir en cualquier segundo, es mejor ser feliz en el presente que esperar la felicidad en un futuro incierto.

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