Friday, October 14, 2011

Sobre los treinta y mi versión favorita de cómo ver esta década

Cuando las personas llegan a los trienta, hacen una pausa y se detienen a evaluar ese momento de la vida. Esto lo ha hecho desde Aristóteles, quien concluía que a los treinta comienza la vida, hasta los estadunidenses de clase media que dicen que los treinta son los nuevos veinte (The 30s are the new 20s). Al alcanzar esta edad, y ver que mi cuerpo no aguanta dos fiestas seguidas, que al jugar al fútbol sólo lo puedo hacer en la defensa, y ver que ahora los problemas de las parejas no son cuando la novia queda embarazada sino cuando la esposa no puede quedar embarazada, también yo me he hecho una pausa para evaluar esta década. Pero en este blog no quiero compartir mi opinión, sino la opinión de una amiga quien ha hecho la observación más positiva de estar en los treinta.

Empecemos por un poco de contexto. Hace una generación una persona que llegaba a esta edad, ya tenía familia y trabajo para el resto de la vida. Es decir, ya tenía las respuestas a las preguntas más básicas de la vida ¿Qué voy hacer con mi vida? ¿Con quién voy a compartirla? Hace muchísimas más generaciones, Alejando el Magno a sus treinta era el rey del mundo (según la leyenda cuando invadió India se puso a llorar porque ya no había más territorios por conquistar). A mis treinta viendo mis alrededores, no veo a nadie que quiera conquistar el mundo, pero si veo a dos grupos muy claros: los que siguen el mismo patrón de trabajo y pareja estables, y los que siguen buscando algo que los apasione y una compañero/a que los acompañe en disfrutar de esa pasión.

Por lo general, cuando conozco a una mujer en sus treinta que está en este segundo grupo, siempre me responde con las mismas preocupaciones (muy validas por cierto): me preocupa que pasen los años y se me dificulte tener hijos (el llamado reloj biológico), me preocupa no poder establecer una familia, me preocupa no tener clara mi vida profesional. Mi amiga quien hace parte de este segundo grupo, le pregunte que sentía al estar en los treinta y me dijo algo que nunca se me va olvidar: “me encantan, porque sé quién soy, porque no tengo que pretender, porque sé que me gusta y como me gusta. Me encantan porque sé quienes son mis amigos con los cuales me gusta compartir mi tiempo y mis actividades. Me encantan porque maximizo mi tiempo y obtengo de él su máxima utilidad”.

Después que la escuche, le pregunté si no se preocupaba por no tener familia y trabajo estable, y esta fue su respuesta: “Ese concepto de familia y de trabajo estable es lo que la sociedad te dice que tienes que hacer, es el concepto de felicidad de la sociedad. Yo tengo mi propio concepto, no creo que un esposo y un trabajo sean sinónimos de felicidad”. Después de pensarlo, siempre que decimos que una persona lo tiene todo, ese todo significa: familia y éxito en el trabajo. Pero esto no es del todo cierto, el caso más claro es el de Andre Agassi, uno de los mejores tenistas del mundo y casado con Brooke Shields, visto desde afuera la persona más exitosa, pero por dentro, confiesa en su autobiografía, tenía que drogarse para poder levantarse del sofá para empezar su día.

En sus treinta, yo creo que mi amiga tiene dudas, que también tiene ese deseo de ser madre, que también le preocupa su reloj biológico. Pero tener la visión de hacer lo que a uno lo hace feliz, y compartirlo con la gente que uno en el camino de la vida ha elegido, ayuda a tener una mejor actitud hacia la vida. A los treinta maximizo mi vida. Por este concepto le debo mucho a ella. Desde acá le doy mis infinitas gracias.

No comments:

Post a Comment