Sobre los tres pilares de la vida que quiero tener

Hay edades en las que uno se cuestiona hacia dónde está yendo la vida. Cuando uno está en sus 20s esta pregunta se resuelve rápido, y se dice: “estoy joven y seguro que en unos años voy a transcurrir el camino que quiero” o “en unos años ya sabré cuál es el camino y ya lo recorreré”, estas respuestas dan tranquilidad. Cuando uno está en los 30s, esas respuestas ya no tiene el mismo efecto. En esta década la pregunta hay que afrontarla y no darle más largas.

La pregunta hay que responderla porque a los 30s es donde se crea la estructura. Es la década clave, en que las decisiones que tomemos marcarán la diferencia entre el fracaso y el éxito. Es donde se establecen lo cimientos. Es donde se gana y se consolida la reputación y el prestigio. Por eso en los 30s hay que tener un proyecto de vida y saber que tipo de vida se quiere tener, y tener un plan de acción para lograrlo.

Para mí, una vez mantenga buena salud (el principio de todo), la vida que quiero tener se basa en tres pilares: tiempo, cultura y dinero. El dinero sin cultura es de mal gusto. La cultura sin dinero es limitante. De nada sirve tener dinero y cultura, si no hay tiempo para disfrutar de éstos.

Por un momento, imagino mi vida que sin pedirle permiso a nadie, sin tener que esperar las dos semanas de vacaciones al año, sin tener que pedir un préstamo, puedo tomar un avión a Nueva York a ver una exposición de arte. De ahí, puedo viajar a Berlín e ir a un concierto al que siempre he soñado con asistir. Así, cada año, tener al menos dos meses, en los que puedo viajar y acceder a una oferta cultural, sin permisos, ni endeudamientos.

Alguien me puede decir qué pasa con el amor. El amor es un corolario de estos tres pilares. Si se tiene cultura, siempre va a ver algo interesante e inteligente que decir. Si se tiene dinero, se provee la infraestructura necesaria para que la otra persona esté cómoda. Si hay tiempo, siempre se está atento a darle gusto y consentir a la otra persona. Con estos tres pilares el amor estará a pocos pasos.

Por qué la cultura nos vuelve interesantes me pueden cuestionar. La mejor respuesta la dio Vargas Llosa al responder sobre el rol de la literatura en la vida, él dijo algo así: “En una vida limitada por el tiempo y el espacio, la literatura es lo único que nos permite vivir varías vidas, estar en distintas épocas, vivir distintas sensaciones”. Cuando se viven muchas vidas, hay mucho que decir, se puede ser encantador, entender muy bien la psicología de las otras personas.

La respuesta a que punto quiero ir ya lo resolví, ahora falta la otra mitad: la ruta de cómo llego a ese punto.  Tener un plan de vida sin una hoja de ruta, es los mismo que querer ir a Tokio en patines. Esto lo aprendí en una comida con Carlos Gutiérrez, ex secretario de Comercio de EE.UU y el CEO más joven en la historia de Kellogs, alguien le preguntó cuál es el secreto del éxito y él respondió “Tener una estrategia clara, tener unos indicadores claros y elegir a las personas correctas en los puestos correctos”.

A mi edad afronto la pregunta, conozco a donde quiero llegar. En los próximos meses debo definir la estrategia de cómo llegar a ese punto, tener buenos indicadores y asociarme con las personas indicadas.