Thursday, September 19, 2013

Sobre el racismo sutil en los EE.UU


En cine de la Av. Chile, una mujer blanca, que llegó tarde a la película, de manera agresiva levantó del piso unos paquetes de una mujer de piel muy oscura, y con un movimiento brusco se los arrojó encima de sus piernas. Parecía ofendida que alguien que consideraba inferior le estuviera obstaculizando su camino. Este acto racista me recordó otro en Washignton DC, en CVS una mujer blanca, que estaba adelante mío, le arrojó el dinero sobre el counter a la cajera que era negra, su mensaje era claro: evitar el contacto. Ella se sintió tan mal que preguntó con amargura si me había dado cuenta.
En este tipo de detalles es que uno ve racismo en los EE.UU (me refiero en especial a la costa este): en lo tácito. En esos actos sutiles que sus instituciones progresistas (Léase: Afirmative Action), su sistema educativo que hace mucho énfasis en el respeto a la diversidad, y sus medios de comunicación, que están muy pendientes de condenar cualquier declaración o manifestación racista, no pueden intervenir. Ahora, decir que los gringos son los más racistas, como dicen muchos europeos (sin sonrojarse) es un sinsentido. Emular ruidos de simios o tirar cascaras de bananos para burlarse de un deportista negro en EE.UU es inconcebible. En Europa esto es un acto que se repite sistemáticamente (Junior, el gran futbolista brasileño de los 80s fue víctima de estos ruidos por los hinchas de su mismo equipo el Torino. Freddy Rincón cuando llegó al Real Madrid en 1995 fue recibido con: “Negro, vuelve a la selva”, “te vamos a matar”). Pero si Europa es racista en Colombia somos horribles. Solo un ejemplo, que muestra que somos de lo peor, el “Tino” Asprilla hace un par de meses hizo un RT en su cuenta de Twitter, donde un tipo se refería a él como “aborto de simio”.
Pero volvamos a ese racismo tácito, que se ve especialmente en la costa este, puesto que el racismo en el sur de EE.UU es poco tácito (a tal punto que en Texas no se celebra el feriado de Martin Luther King, o en Mississippi el 46% de los Republicanos opinan que el matrimonio interracial debería ser ilegal -encuesta de 2011-). En fiestas en Washington DC los negros cuando ya están de salida, piden el favor a un amigo blanco (o no negro) que les pare el taxi para poder irse. Los taxis a ellos no les paran, lo irónico es que en muchas ocasiones los taxistas también son negros. (Le pregunté a un par de taxistas y me dijeron que la razón es que  nunca dejan propina, y en muchas ocasiones no pagan la totalidad de la carrera). Lo cierto es que los negros no la tienen nada fácil en cuanto al transporte público en Washington, en Georgetown en los 70s los residentes blancos se pusieron de acuerdo para que no hubiera parada de metro, y así evitar que los negros frecuentaran su barrio.  
Pero el racismo no sólo se da en la movilidad, tal vez donde es más marcado es en el campo laboral.  Hace poco vi en un documental llamado “Freakonomiks” (basado en el libro) donde realizaron el siguiente experimento: en las ciudades de Chicago y Boston enviaron 5000 hojas de vida que eran exactamente iguales y solo se diferenciaban en los nombres: la mitad con nombres de blancos (Mike, Bryan, Bill) y la otra mitad con nombres de negros (Tyrone, Shaneeka, Shamar), el resultado fue que los nombres que se asocian con los negros tenían 33% menos probabilidades de ser llamados.  
Ahora, pensar que el racismo solo se es para los negros, y que para los latinos no queda nada es un error. Puede que un latino mas europeizado ni se entera de que hay racismo en EE.UU, pero miremos el caso del escritor Junot Diaz, mestizo  de origen dominicano y quien vive en Boston, en su libro This how you loose her manifiesta como es víctima de racismo: niños blancos en bicicleta le tiran botellas, personas blancas que en los semáforos de la nada le gritan groserías.  
En el mismo libro una de sus historias se enfoca en donde puede que haya el mayor racismo sutil: en la compra de una casa. No hay nada que asuste mas a un barrio de blancos que una familia negra o una familia mestiza vayan a ser sus nuevo vecinos. Temen que estas personas de piel oscura, desvaloricen su mayor activo. Aunque no conozco estudios de esto, sospechosamente las ofertas que hacen los black o los brown por la casas en un gran porcentaje terminan siendo rechazadas.
 
En lo que si hay más evidencias de este racismo sutil, es de una demanda que le pusieron a Toyota en Los Angeles por racismo. El concesionario estaba cobrando tasas de interés más altas a los latinos que a los blancos. Unos abogados pudieron demostrar que a pesar de tener perfiles de riesgo financieros muy similares, las tasas de interés para los latinos eran más desfavorables. (Toyota y los demandantes conciliaron).  
 
Ahora, para ser un país tan multiétnico, resulta increíble que el racismo en las ciudades más importantes no sea más visible. Hasta hace 50 años, en algunos Estados del sur, los negros no se podían sentar en la parte delantera de los buses (tradición que acabó Rosa Parks en 1955, cuando se sentó en la sección de blancos en un bus en Montgomery, Alabama). Desde 2008 tiene un presidente que es mitad negro, que su padre es de Kenia, y que se llama Barack Hussein. Seguro que la señora del CVS no votó por él, tampoco mucho de los estados del sur y mucho menos los republicanos de Mississippi, pero Obama jamás habría sido presidente sin los votos de muchos blancos, y sobre todo sin la financiación de ellos. Ahí, hubo un apoyo real y tangible a un hombre negro, muchos blancos creyeron en la visión y el liderazgo de un hombre de color. Ahora, que haya sido una gran decepción y el político más sobrevalorado de las últimas décadas, esa es otra historia.
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LA ULTIMA: Nunca he sentido que tenga una connotación negativa referirse a una persona negra, como negro. Me parece que en nuestro contexto negro/negra en muchas ocasiones es una forma cariñosa de referirse a un amigo o a la pareja. Nunca entendí por qué en EE.UU les dicen African Americans, hasta que un amigo me explicó que mientras a los inmigrantes blancos los llamaba Italian Americans o Irish Americans a los negros solos les decían blacks. Era una forma excluyente de llamarlos, al darles el nombre de African Americans, se les incluye, se les reconoce como ciudadanos.

 

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