Thursday, November 28, 2013

Sobre el Cuervo Blanco


Cuando una persona acida, tiene un comentario dulce hay que tener los sentidos atentos y la mente abierta. Las personas que se desbordan en críticas y burlas, hay que transformar sus escasos halagos en grandes recomendaciones. Por Fernando Vallejo descubrí a un escritor con voz propia como Tomás González, y ahora leí de su autoría una biografía de la fascinante vida de Rufino José Cuervo Urisarri. Esta la hizo con base en el intercambio de cartas, que el revive en su libro. El título es el “Cuervo Blanco” como una forma de destacar la grandeza de su alma. Vallejo se refiere a Cuervo como un santo, lo cataloga como uno de los más grandes lingüistas de todos los tiempos, y el más grande del castellano.

Precisamente fue una carta la que cambió la vida de Rufino José y su hermano Ángel. Esta carta la escribió desde Europa su amigo Ezequiel Uricochea (quien falleció en Beirut cuando iba rumbo a Damasco a estudiar la raíces árabes que tiene el castellano), en ella insta a los hermanos Cuervo a que salgan cuanto antes de la provinciana Bogotá, y que vean todo lo que Europa tienes para ofrecerles. Los hermanos Cuervo hacen un viaje por Europa que comprende 81 ciudades en 17 países desde Inglaterra hasta Turquía. Qué pensaran de esta travesía tanto fantoche que se ufana en pleno siglo XXI (con la comodidad del internet y del avión) de sus viajes que solo ellos consideran singulares. Mérito viajar en 1878, época en la que solo llegar a Honda era mucho más duro que ahora ir y volver de Tokio.
Vallejo no sólo utilizó las cartas para escribir este libro, también tuvo acceso a la libreta de viajes de Ángel, quien registraba con sumo detalle la travesía que duró poco menos de un año. En este registro se evidencia el profundo credo cristiano de los hermanos Cuervo. Por ejemplo en la libreta se refieren a Estambul como Constantinopla. Los Cuervo no terminaban de aceptar que la ciudad estuviera en manos de infieles. También, quedó registrado el sufrimiento de los hermano Cuervo por no poder encontrar una iglesia cuando viajaban por el Norte de Europa (de mayoría protestante), y el descanso que tuvieron al llegar a Polonia.

La cercanía de los Cuervo con Dios nunca cambio, pero este viaje que duro un poco más de  un año les cambió la vida para siempre. Seguir en la provinciana Bogotá (¿Ha dejado de serlo?) ya no tenía sentido, era como conocer Nueva York y luego regresar a un pueblito en Arkansas. Los Cuervo duraron tres años más Bogotá, para luego radicarse en Paris. Acá hicieron un proyecto de vida que es admirable: vendieron su cervecera, y con la renta se fueron a Paris a publicar libros. Ángel se fue a escribir de historia colombiana, pero en realidad se dedicó más a disfrutar de la amplia oferta cultural, y Rufino José continuó con su pasión: el estudio del castellano, enmarcado y en una obra de intenciones colosales -El diccionario de régimen y construcción de la lengua castellana-. Ese pasión de Rufino José por el castellano continuó hasta el día que la Divina Providencia le hizo una visita (Así le llamaban cuando alguien se moría).
Ahora, que hay tanto charlatán recomendando cómo se debe vivir, es muy frecuente oírles “hay que hacer lo que uno le gusta”, pues a esos charlatanes hay que contestarles que en muchísimas ocasiones lo que a las personas les gusta hacer, no es rentable, y por ende, su lugar común no aplica. Lo de los hermanos Cuervo sí es un ejemplo a seguir, con una visión empresarial, en un país donde se consumía más chicha que cerveza, vieron el potencial de la bebida de cebada, se anticiparon al mercado, tuvieron grandes utilidades, vendieron la fabrica para irse a Paris, a dedicarse a lo que en verdad les gustaba: ser autores publicados. Todo esto lo hicieron hace más de 120 años (Que diferencia con tanto colombiano que salé a limpiar el mugre de otros).

Los Cuervo emprendieron su viaje  hacia Europa teniendo que cabalgar rumbo a Honda, para luego navegar el rio Magdalena y llegar a Barranquilla donde los esperaba un barco que cruzaría el Atlántico. En esa época las despedidas consistían en que los amigos y familiares acompañaban en el tramo del viaje por un par de pueblos entre Bogotá y Honda. Luego los viajeros seguían y sus acompañantes se regresaban. Como han cambiado los tiempo, como bien lo dice Vallejo ¡Hoy yo no acompaño ni a mi santa madre al aeropuerto!
Este viaje a Europa no solo fue la decisión más acertada de los Cuervo, sino fue clave para que en 2013, se puedan saber tantos detalles de sus vidas. A través de las cartas que Ángel y Rufino José intercambiaban con sus amigos y familiares, y al trabajo exhaustivo de Vallejo de revivirlas, conocemos en detalle sobre su amistad con Miguel Antonio Caro, Rafael Pombo, José Asunción Silva, entre otros históricos de la época. De por sí es por medio de una carta escrita por Rafael Pombo que los hermanos Cuervo se enteran del suicidio de Silva.

Los Cuervos conocieron a Silva con cierta cercanía, el poeta pasó por Paris y les pidió dinero prestado, y como poeta que se respete nunca les pagó. Según Vallejo, Silva tenía muchos acreedores y fama de estafador, (los poetas no le dan mucha bola a eso de la educación financiera). En este intercambio de cartas también se cuenta que el Dr. Manrique le marcó a Silva el punto en el pecho donde se debía disparar (Aunque Vallejo dice que es un mito que inventó Manrique para aumentar su fama, pues para meterse un tiro no se necesita de ningún médico).
En este intercambio de cartas se ve como se ha transformado el concepto de la edad, cuando Miguel Antonio Caro tenía 40 años le escribe a José Rufino “Como ya la vejez se me va entrando por las puertas”, y pensar que para el DANE uno es joven hasta los 35 años. En esas mismas cartas que intercambiaban Caro y Cuervo al final acostumbraban a escribir S.S.Q.B.S.M (Su Servidor Que Besa Su Mano). En caso que la carta fuera para una mujer se escribía S.S.Q.S.P (se cambia mano por pie). Que contraste con los anuarios de los 90s saturados de TQM.

Más importante que esos detalles, en el intercambio de correspondencia se demuestra la magnitud de la obra de Cuervo, que Vallejo la llama colosal y en sus palabras “la empresa más delirante de la raza hispánica”. Lo era si miramos que en su diccionario pretendía estudiar a profundidad una a una cada palabra del castellano escrito y verbal a lo largo de sus mil años de existencia, mas las frases habladas por millones de hispanoparlantes. Su obra llegó hasta la letra D, era difícil avanzar con lo exhaustivo que era Cuervo. Por las cartas sabemos que Cuervo utilizó dos años de su vida extrayendo ejemplos de Cervantes y un año extrayendo citas de Lope de Vega. Su diccionario alcanzó ocho mil páginas, donde estudió tres mil palabras.  Solo para dar una idea la preposición “a” tiene 56 columnas, el verbo “dar” 65 columnas y la preposición “de” 80 columnas (alrededor de 40 páginas). 
Esta vida no le era suficiente a Cuervo para terminar su obra, tampoco le ayudó la Guerra de los Mil Días que significó una depreciación del peso alarmante, y le detuvo por años la comodidad de vivir de la renta (pensar en tanto economista alardeando que Colombia nunca ha sufrido de hiperinflación), pero a pesar de esto, su obra como bien lo dice Vallejo era delirante, y todo lo que sea delirante no puede ser culminado. Cuervo meticuloso en todos los aspectos de su vida, y sufriendo achaques que le recordaban la pronta visita de la Divina Providencia, escribió  su testamento. En éste donaba toda su fortuna al hospital San Juan de Dios, pero como bien lo dice Vallejo esto no tienen mérito por que los muertos no se les debe reconocer como generosos

Cuervo el primer filólogo que tuvo el castellano, es un orgullo para Vallejo, un intelectual que poco o nada le gusta. Vallejo propuso, sin sonrojarse, que a Colombia le debería poner una bomba nuclear, el mismo que dijo en Buenos Aires que Jorge Luis Borges no sabía escribir, el mismo que confronta la iglesia católica hasta el punto de decir “yo con gusto empalo por el culo al Papa”. Pero esto no hay que tomárselo en serio. Lo que si hay que resaltar es su defensa pasional por la protección de los animales, pero para mí, en lo que hay que pararse y aplaudirlo es en su intención de revivir a Cuervo para que las nuevas generaciones no olviden a una de los más grandes personajes que ha tenido este país: el Cuervo Blanco.

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LAS ÚLTIMAS:

La frase más linda del libro: “La verdad es hija del tiempo”.
El origen del colombianismo “guache”: Significa huérfano en quechua
Lo curioso: Antes se identificaban a las personas por retratos.

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