Cuando una persona acida, tiene un comentario dulce hay que tener los sentidos atentos y la mente abierta. Las personas que se desbordan en críticas y burlas, hay que transformar sus escasos halagos en grandes recomendaciones. Por Fernando Vallejo descubrí a un escritor con voz propia como Tomás González, y ahora leí de su autoría una biografía de la fascinante vida de Rufino José Cuervo Urisarri. Esta la hizo con base en el intercambio de cartas, que el revive en su libro. El título es el “Cuervo Blanco” como una forma de destacar la grandeza de su alma. Vallejo se refiere a Cuervo como un santo, lo cataloga como uno de los más grandes lingüistas de todos los tiempos, y el más grande del castellano.
Precisamente fue una carta la que cambió la vida de
Rufino José y su hermano Ángel. Esta carta la escribió desde Europa su amigo
Ezequiel Uricochea (quien falleció en Beirut cuando iba rumbo a Damasco a
estudiar la raíces árabes que tiene el castellano), en ella insta a los
hermanos Cuervo a que salgan cuanto antes de la provinciana Bogotá, y que vean
todo lo que Europa tienes para ofrecerles. Los hermanos Cuervo hacen un viaje
por Europa que comprende 81 ciudades en 17 países desde Inglaterra hasta Turquía.
Qué pensaran de esta travesía tanto fantoche que se ufana en pleno siglo XXI (con
la comodidad del internet y del avión) de sus viajes que solo ellos consideran singulares.
Mérito viajar en 1878, época en la que solo llegar a Honda era mucho más duro
que ahora ir y volver de Tokio.
Vallejo no sólo utilizó las cartas para escribir este
libro, también tuvo acceso a la libreta de viajes de Ángel, quien registraba
con sumo detalle la travesía que duró poco menos de un año. En este registro se
evidencia el profundo credo cristiano de los hermanos Cuervo. Por ejemplo en la
libreta se refieren a Estambul como Constantinopla. Los Cuervo no terminaban de
aceptar que la ciudad estuviera en manos de infieles. También, quedó registrado
el sufrimiento de los hermano Cuervo por no poder encontrar una iglesia cuando
viajaban por el Norte de Europa (de mayoría protestante), y el descanso que
tuvieron al llegar a Polonia.
La cercanía de los Cuervo con Dios nunca cambio, pero este
viaje que duro un poco más de un año les
cambió la vida para siempre. Seguir en la provinciana Bogotá (¿Ha dejado de
serlo?) ya no tenía sentido, era como conocer Nueva York y luego regresar a un
pueblito en Arkansas. Los Cuervo duraron tres años más Bogotá, para luego radicarse
en Paris. Acá hicieron un proyecto de vida que es admirable: vendieron su
cervecera, y con la renta se fueron a Paris a publicar libros. Ángel se fue a
escribir de historia colombiana, pero en realidad se dedicó más a disfrutar de
la amplia oferta cultural, y Rufino José continuó con su pasión: el estudio del
castellano, enmarcado y en una obra de intenciones colosales -El diccionario de
régimen y construcción de la lengua castellana-. Ese pasión de Rufino José por
el castellano continuó hasta el día que la Divina Providencia le hizo una
visita (Así le llamaban cuando alguien se moría).
Ahora, que hay tanto charlatán recomendando cómo se debe
vivir, es muy frecuente oírles “hay que hacer lo que uno le gusta”, pues a esos
charlatanes hay que contestarles que en muchísimas ocasiones lo que a las
personas les gusta hacer, no es rentable, y por ende, su lugar común no aplica.
Lo de los hermanos Cuervo sí es un ejemplo a seguir, con una visión
empresarial, en un país donde se consumía más chicha que cerveza, vieron el
potencial de la bebida de cebada, se anticiparon al mercado, tuvieron grandes
utilidades, vendieron la fabrica para irse a Paris, a dedicarse a lo que en
verdad les gustaba: ser autores publicados. Todo esto lo hicieron hace más de
120 años (Que diferencia con tanto colombiano que salé a limpiar el mugre de
otros).
Los Cuervo emprendieron su viaje hacia Europa teniendo que cabalgar rumbo a Honda,
para luego navegar el rio Magdalena y llegar a Barranquilla donde los esperaba
un barco que cruzaría el Atlántico. En esa época las despedidas consistían en
que los amigos y familiares acompañaban en el tramo del viaje por un par de
pueblos entre Bogotá y Honda. Luego los viajeros seguían y sus acompañantes se regresaban.
Como han cambiado los tiempo, como bien lo dice Vallejo ¡Hoy yo no acompaño ni
a mi santa madre al aeropuerto!
Este viaje a Europa no solo fue la decisión más acertada
de los Cuervo, sino fue clave para que en 2013, se puedan saber tantos detalles
de sus vidas. A través de las cartas que Ángel y Rufino José intercambiaban con
sus amigos y familiares, y al trabajo exhaustivo de Vallejo de revivirlas, conocemos
en detalle sobre su amistad con Miguel Antonio Caro, Rafael Pombo, José Asunción
Silva, entre otros históricos de la época. De por sí es por medio de una carta escrita
por Rafael Pombo que los hermanos Cuervo se enteran del suicidio de Silva.
Los Cuervos conocieron a Silva con cierta cercanía, el
poeta pasó por Paris y les pidió dinero prestado, y como poeta que se respete nunca
les pagó. Según Vallejo, Silva tenía muchos acreedores y fama de estafador, (los
poetas no le dan mucha bola a eso de la educación financiera). En este intercambio
de cartas también se cuenta que el Dr. Manrique le marcó a Silva el punto en el
pecho donde se debía disparar (Aunque Vallejo dice que es un mito que inventó
Manrique para aumentar su fama, pues para meterse un tiro no se necesita de ningún
médico).
En este intercambio de cartas se ve como se ha transformado
el concepto de la edad, cuando Miguel Antonio Caro tenía 40 años le escribe a José
Rufino “Como ya la vejez se me va entrando por las puertas”, y pensar que para el
DANE uno es joven hasta los 35 años. En esas mismas cartas que intercambiaban Caro
y Cuervo al final acostumbraban a escribir S.S.Q.B.S.M (Su Servidor Que Besa Su
Mano). En caso que la carta fuera para una mujer se escribía S.S.Q.S.P (se
cambia mano por pie). Que contraste con los anuarios de los 90s saturados de TQM.
Más importante que esos detalles, en el intercambio de
correspondencia se demuestra la magnitud de la obra de Cuervo, que Vallejo la
llama colosal y en sus palabras “la empresa más delirante de la raza hispánica”.
Lo era si miramos que en su diccionario pretendía estudiar a profundidad una a
una cada palabra del castellano escrito y verbal a lo largo de sus mil años de
existencia, mas las frases habladas por millones de hispanoparlantes. Su obra llegó
hasta la letra D, era difícil avanzar con lo exhaustivo que era Cuervo. Por las
cartas sabemos que Cuervo utilizó dos años de su vida extrayendo ejemplos de
Cervantes y un año extrayendo citas de Lope de Vega. Su diccionario alcanzó ocho
mil páginas, donde estudió tres mil palabras.
Solo para dar una idea la preposición “a” tiene 56 columnas, el verbo
“dar” 65 columnas y la preposición “de” 80 columnas (alrededor de 40 páginas).
Esta vida no le era suficiente a Cuervo para terminar su
obra, tampoco le ayudó la Guerra de los Mil Días que significó una depreciación
del peso alarmante, y le detuvo por años la comodidad de vivir de la renta
(pensar en tanto economista alardeando que Colombia nunca ha sufrido de
hiperinflación), pero a pesar de esto, su obra como bien lo dice Vallejo era
delirante, y todo lo que sea delirante no puede ser culminado. Cuervo
meticuloso en todos los aspectos de su vida, y sufriendo achaques que le recordaban
la pronta visita de la Divina Providencia, escribió su testamento. En éste donaba toda su fortuna
al hospital San Juan de Dios, pero como bien lo dice Vallejo esto no tienen mérito
por que los muertos no se les debe reconocer como generosos
Cuervo el primer filólogo que tuvo el castellano, es un
orgullo para Vallejo, un intelectual que poco o nada le gusta. Vallejo propuso,
sin sonrojarse, que a Colombia le debería poner una bomba nuclear, el mismo que
dijo en Buenos Aires que Jorge Luis Borges no sabía escribir, el mismo que confronta
la iglesia católica hasta el punto de decir “yo con gusto empalo por el culo al
Papa”. Pero esto no hay que tomárselo en serio. Lo que si hay que resaltar es
su defensa pasional por la protección de los animales, pero para mí, en lo que hay
que pararse y aplaudirlo es en su intención de revivir a Cuervo para que las
nuevas generaciones no olviden a una de los más grandes personajes que ha
tenido este país: el Cuervo Blanco.
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LAS ÚLTIMAS:
La frase más linda del libro: “La
verdad es hija del tiempo”.
El origen del colombianismo “guache”: Significa huérfano en quechua
Lo curioso: Antes se identificaban a las personas por retratos.
El origen del colombianismo “guache”: Significa huérfano en quechua
Lo curioso: Antes se identificaban a las personas por retratos.
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